No al fracking. Ni en Cantabria ni en ningún otro lugar

Asamblea contra la fractura hidráulica de Cantabria

Quienes somos

La Asamblea está constituida por personas que hablan a título individual y no representan a ningún otro movimiento. Las voces de las personas presentes en  la reunión cuentan por igual.

Algunas personas integrantes de la Asamblea forman parte de otros colectivos, pero dentro de la Asamblea no hablan en su nombre ni los representan. Su voz cuenta lo mismo aunque todo un colectivo esté detrás con la misma opinión.

Las decisiones se toman por consenso. Esto implica aceptar ciertos inconvenientes como la necesidad de más tiempo para tomar decisiones.

Evitamos  tener caras que se identifiquen con la Asamblea como portavoces o líderes. Funcionamos horizontalmente y creemos que es importante que todos nos sintamos parte significante de la Asamblea. Estamos convencidos que sólo el trabajo conjunto de muchas personas puede evitar el Fracking. Cada persona es necesaria y se implica según sus posibilidades.

No tenemos relación con partidos políticos. No queremos ser instrumentalizados para campañas electorales y luchas partidistas. Ni tampoco  ser utilizados para  la consecución de un beneficio de interés personal, político o económico, ni de control informativo y social.

Desde sus inicios en junio de 2011 la Asamblea ha huido de identificaciones ideológicas o partidistas, lo que ha facilitado su labor y ha permitido que se haya generado un amplio movimiento en Cantabria que incluye a gente de prácticamente todo el espectro político y social. Rechazamos cualquier colaboración que se pueda interpretar como un sesgo partidista o ideológico.

Aunque somos conscientes que la problemática del Fracking está incluida dentro de un debate económico, energético y social más amplio, desde la Asamblea consideramos que la inminencia y peligrosidad de esta amenaza tiene tal magnitud en sí misma, que nuestro objetivo se limita a parar el Fracking, no nos vemos preparados ni consideramos que nos corresponda ofrecer soluciones o alternativas a la situación energética ni promover otros modelos energéticos.

Creemos además que el problema del Fracking no se va a solucionar con una mejor gestión de los riesgos. Entendemos que los riesgos son inherentes a la técnica y  aún la mejor gestión no puede evitar los mismos. Ninguna mejora ni ningún avance técnico solucionarán el problema.

Y no sólo no lo queremos aquí, sino tampoco en ningún otro sitio, ni ahora ni nunca. Nuestra lucha es local porque creemos que el Fracking sólo se puede parar con la movilización y oposición de las personas afectadas, aunque apoyamos y nos sentimos parte de las luchas en todos los territorios que se ven amenazados por esta técnica.